El profesor Siegel, en su libro “Stocks for the Long Run”, mostró la estabilidad en la rentabilidad de las acciones a largo plazo.
La rentabilidad real anual de las acciones de Estados Unidos entre los años 1871 y 1996 fue del 6,8%, lo que se acerca a la suma de la rentabilidad por dividendo media, más el crecimiento de los beneficios reales durante el periodo (6,51%). La pequeña diferencia se explica por pequeñas variaciones en el PER (ratio entre precio y beneficios de las empresas).
Source: Siegel, Jeremy (2014). «Stocks for the Long Run».
Hace poco, Jeremy Siegel actualizó su libro y demostró cómo tras 20 años, la rentabilidad de las acciones ha continuado siendo la misma, como se puede ver en el gráfico superior.
Las rentabilidades de la inversión en bolsa en otros países desarrollados son similares a las obtenidas en Estados Unidos. Por ejemplo, Siegel también demostró que los resultados de invertir en el Reino Unido y en Alemania habían sido tan buenos como los de invertir en Estados Unidos.
Pese a que es cierto que este conocimiento general sobre los buenos resultados históricos de la renta variable debería hacer que los precios subiesen incluso más (reduciendo la rentabilidad futura), como ha ocurrido en varias ocasiones, los precios tienden a revertir hacia la media. Las altas valoraciones no han durado mucho puesto que los inversores han vendido sus acciones tan pronto como han venido malas noticias en cuanto a las proyecciones de resultados a largo plazo, datos macro o cualquier tipo de inestabilidad política.
Source: Bloomberg
Podemos ver en esta tabla cómo el PER del S&P500 ha fluctuado en torno al múltiplo 15.
Dado que la rentabilidad obtenida invirtiendo en renta variable (stocks) a largo plazo ha sido muy superior a la de invertir en renta fija (bonds, bills) y en oro (gold), Vadevalor prefiere la inversión en renta variable. Muchos inversores desconocen los riesgos de la renta fija.
